jueves, 11 de agosto de 2011

Capítulo 2. The X Factor.

Capítulo Dos.
The X Factor.





Como al salir me dijeron el día que tenía que volver a la segunda audición, decidí irme a dar un paseo tan largo que duraría hasta la próxima audición.
Pero al intentar irme, alguien me agarró por el brazo haciendo que girase sobre mis talones.

-¿Por qué no ha venido tu familia a apoyarte? -me preguntó Harry.

-Digamos que...creo que mis padres ya ni se acordarán de que tienen una hija -contesté bajando la cabeza.

-¿¡Estás sola en la calle!? -gritó él y como acto reflejo le tapé la boca con las dos manos y miré a ambos lados para que nadie se diera cuenta.

-Puede, pero no se lo digas a nadie Harry... por favor-dije en un susurro volviendo a estar cabizbaja, me llevé la mano a mi brazo derecho.

-No te preocupes, yo te ayudaré, no puedo permitir que vivas así.

-Pero...-antes de terminar mi frase el me detuvo.


-Nada de peros, te vienes a mi casa, lo hablaré con mi madre y lo comprenderá ya veras -cogió mi mano y tiró de mi hasta donde estaba su familia.


Les explicó mi situación y sus padres lo entendieron, nunca me sentí tan agradecida como en aquel momento.
Nadie había hecho nada así por mí, nunca y me sentía un poco culpable, porque no podía darles nada a cambio.


Gemma, era la hermana de Harry, un verdadero encanto, me senté junto a ella en el coche y empezamos a conocernos, incluso me dijo que podría dormir con ella en su habitación.
La verdad es que su casa era maravillosa y el interior aún más.


Los días anteriores a la segunda audición los dedicamos a ir de compras juntas y hacer cosas entretenidas, aunque Harry me obligaba a ensayar con él a veces. En pocos días Harry se había convertido en una especie de hermano para mí, siempre estaba muy atento y cuidadoso conmigo, mucho más que con su propia hermana, aunque al parecer ellos ya estaban acostumbrados a aquellas peleas a las siete de la mañana por ver quien entraba primero al baño.


Entonces llegó el día de la audición y Harry estaba tan tranquilo que me sacaba de mis casillas.
A mí lo único que me relajaba un momento así era un cigarro, así que saqué uno de los últimos que me quedaban y me lo encendí.


-No deberías fumar -dijo Harry arrebantandome el cigarro, tirándolo al suelo y pisándolo.


-Y tú no deberías hacer eso -le contesté mirándole de reojo.


Seguimos discutiendo hasta que llegamos a la sala de espera de la audición, pues entonces cogió mi mano y me dijo:


-Esta es la oportunidad de hacer nuestros sueños realidad así que no lo estropeemos por una discusión, eh -dijo él sonriendo, yo me limité a asentir -buena chica -y me despeinó.


-No me toques el pelo o me veré obligada a matarte -le dije entrecerrando los ojos pero él siguió despeinándome -¡Harry Edward Styles!


-No grites -susurró- es mi turno, nos veremos luego -me guiñó un ojo y subió al escenario.


Estaba realmente nerviosa, no sabía que hacer, así que decidí ir a dar un paseo y fumarme el último cigarro antes de intentar dejarlo. Cuando salí me encontré a un chico de tez morena y pelo negro fumando a la salida de los estudios. Me acerqué, pues me dí cuenta de que Harry me había quitado el mechero y no tenía nada para encenderlo, y le pedí fuego.


-Perdona, ¿tienes fuego? -le pregunté un poco tímida.


-Sí -dijo acercando el mechero y encendiéndome el cigarro -¿también estas nerviosa?


-Mucho la verdad -contesté soltando una carcajada -¿cómo te llamas?


-Zayn, Zayn Malik.

jueves, 4 de agosto de 2011

Capítulo 1. Streets of London.

Capítulo Uno.
Streets of London.



Caminaba cabizbaja y no tenía un lugar fijo al que llegar en mi mente. Los continuos problemas familiares me habían hecho abandonar mi casa, mis recuerdos, mi familia, los estudios y a mis amigos. ¿Qué haces cuando tienes dieciséis años, la vida rota, un paquete de cigarrillos y unas cuantas monedas? Fumarte los cigarrillos y olvidarte del mundo, porque no se puede hacer nada más.
Pasé por delante de una tienda de electrodomésticos con el escaparate lleno de televisores, en todos ellos se veía el mismo anuncio: "Un sueño, una oportunidad, un ganador", acto seguido apareció un número de teléfono en pantalla y después "The X Factor 2010". Me quedé en blanco, siempre quise participar en ese concurso...Y necesitaba el dinero desesperadamente, no lo pensé dos veces, me acerqué a una cabina y marqué el número. 
Al rato, ya tenía un lugar al que ir, los estudios de la ITV 2, un famoso canal de televisión.
La verdad, mi ropa no era la más adecuada para un show televisivo, pero era lo único que tenía, de todos modos, sólo juzgarían mi voz.
Llegué y me encontré con un montón de familias con sus hijos, gente sola, como yo y demás, busqué un sitio en el que acomodarme pero intentaba no pisar a nadie así que sin darme cuenta, me choqué contra un chico.

-¡Lo siento! -exclamó él -¿estás bien?

Levanté la cabeza me encontré con dos preciosos y preocupados ojos verdes.

-Sí, sí...estoy bien -musité y sonreí, el chico me devolvió la sonrisa.

-Por cierto, me llamo Harry Styles, ¿y tú? -dijo mientras se colocaba bien sus rizos castaños.

-Me llamo Christina...Christina Stonem -contesté y le extendí mi mano.

-No hagas eso -apartó mi mano y se acercó a mí -a las chicas se las besa en las mejillas -acto seguido me dio dos besos en las mejillas y me ruboricé mientras el soltaba varias suaves carcajadas.

-¡Harry, es tu turno, corre! -gritó una chica de pelo lacio y castaño.

-Esa es mi hermana, debo irme, espero que ambos pasemos y nos veamos en la casa -me guiñó un ojo y se fue corriendo.

Vaya...¿qué fue eso? quiero decir..sus ojos, su olor, todo.
Debía bajar de las nubes y concentrarme en qué canción cantaría. Tenía un gran repertorio en mi cabeza, así que tarde un gran rato en encontrar la canción perfecta. Y esa canción era Nobody's Home, de Avril Lavinge, esa canción describía a la perfección mi situación.
Poco a poco iba quedando menos gente, algunas salian llorando, otras saltando y riendo...
Y llegó mi turno.
El corazón me latía a una velocidad anormal, temblaba e intentaba no perder el control de la situación, todo habría sido mejor si hubiera tenido a alguien en el backstage para apoyarme.
Subí al escenario y miré por ultima vez a la entrada hacia el mismo, y allí estaba, el chico de antes, el tal Harry Styles, saludándome y sonriendo.
Respiré hondo, y miré a los tres jueces: Simon, Nicole y Louis.
Entonces Nicole habló.


-¡Hola! ¿Cuál es tu nombre? -me preguntó con una sonrisa.


-Christina Stonem -le respondí devolviendo la sonrisa y todo el mundo empezó a gritar por lo que solté una pequeña risa.


-Encantada de conocerte, Christina, dinos, ¿cuántos años tienes y qué canción vamos a oír?


-Tengo dieciséis años -pude ver la sonrisa de Louis en la cara -y voy a cantar Nobody's Home de Avril Lavigne.


-Adelante.


Empecé a cantar, sin música, puesto que no disponía del CD, y podía oír a la gente gritar, mi corazón empezó a latir aún más rápido y no necesité música para sentirla dentro de mí, era algo que fluía por mis venas, giré a ver a Harry y estaba mirándome con una sonrisa y sus manos metidas en los bolsillos de los pantalones, juraría que me guiñó un ojo.
Volteé la mirada hacia el público y los vi aplaudir y gritar.
Entonces los jueces decidieron dar su veredicto.


-Nunca, jamás, pude pensar que alguien tan joven como tú pudiera tener esa voz tan espectacular Christina -dijo Simon con una sonrisa -yo digo que sí.


La gente empezó a aplaudir y llegó el turno de Nicole.


-Me ha gustado mucho el sentimiento que le has puesto a la canción, incluso con esa letra, parecía que fuera hecha para ti -bajé la cabeza, los recuerdos aporreando mi mente volvían, pero la alcé sonriendo -yo también digo que sí.


Giré mi mirada a Louis, puesto que era el único que quedaba por votar.


-Me has sorprendido agradablemente, no pensaba que tuvieras esa voz tan potente y dulce a la vez, mi voto es que sí.


No pude evitar saltar de alegría mientras la gente montaba un barullo enorme. Incluso unas lágrimas salieron de mis ojos, no podía creer que mi sueño se estuviera haciendo, poco a poco, realidad. Cuando llegué al backstage, salí corriendo y abracé a Harry, era la única persona que había estado ahí para animarme.
Pero la alegría me duró poco cuando recordé que me tocaba volver a las solitarias calles de Londres.